Las soluciones termográficas, una necesidad en la nueva normalidad
Las empresas y los negocios que han retomado sus operaciones tras la interrupción ocasionada por la pandemia requieren dispositivos esenciales para la prevención del contagio
La pandemia del COVID-19 ha movido los cimientos del mundo entero y ha variado los paradigmas y las prioridades que existían hasta hace poco. En este sentido, las empresas y locales comerciales que tras las respectivas cuarentenas han reanudado sus actividades presenciales tienen entre los nuevos requerimientos, la adquisición y el uso de soluciones termográficas para controlar el acceso del personal y de los clientes.
Entre los dispositivos más demandados actualmente se encuentran las cámaras, controles de acceso y otros dispositivos termográficos, que sirven para la medición de la temperatura corporal en lugares de alta afluencia de personas.
Como es sabido, un síntoma frecuente de las infecciones por virus es el incremento de la temperatura. Por esto, una cámara termográfica es vital para detectar un valor superior a lo normal al realizar un examen preliminar.
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Fiebre al margen
Mediante la termografía infrarroja se puede detectar a las personas con una temperatura corporal más elevada que la media del universo revisado, lo cual puede ser indicativo de tener fiebre y permitiría evitar el ingreso y pasar a una segunda revisión más profunda.
Marcas como Hikvision ofrecen productos que pueden medir a más de 30 personas por segundo, entregando la temperatura corporal de cada una de ellas y generando una alarma cuando esta supera los 37 °C aproximadamente. La tasa de error de estas cámaras es de solo 0,3 grados.
Las cámaras termográficas tienen hoy en día una alta demanda en espacios públicos, como centros comerciales, hospitales, colegios, etc., y dependiendo del tamaño del escenario su lente puede oscilar entre 6mm y 15mm.
Entre las ventajas de usar una cámara termográfica está su alta eficiencia y la seguridad. Por una parte, permite no tener que tocar al paciente y mantener a los operarios lejos del contacto directo con las personas que se revisan; y, además, requiere solo un segundo para detectar la temperatura de cada persona, con lo cual se evita la congestión en los puntos de control.
Tecnología de punta
Otra de las soluciones indispensables en estos momentos es el control de acceso con medición de temperatura corporal, que cuenta con la tecnología non-touch, es decir, que no requieren el contacto con el producto, y son lectores faciales y de la palma de la mano, por lo que entregan en directo el dato de la temperatura de la persona.
Además, estos dispositivos pueden generar una alarma o prohibir el acceso de alguien si presenta un valor superior al que se calibre en el dispositivo. Y si el control se coloca en un acceso, y la persona está con fiebre, la puerta no se abre. También son capaces de identificar a las personas, incluso utilizando mascarillas. De hecho, se puede configurar el equipo de tal forma que, en caso de que un usuario no esté utilizando mascarilla, se le prohíba el acceso.
Prevención a la mano
Si se busca una solución más simple, pero igual de efectiva, están las cámaras termográficas de mano, que se están comercializando para centros comerciales, municipalidades y demás entes públicos.
Su utilidad radica en que una persona tiene en su mano la cámara, la cual cuenta con un monitor pequeño en el mismo equipo, y puede medir la temperatura a una distancia de entre 2 y 4 metros entre el aparato y la persona.
Independientemente del área de acción, el regreso a las operaciones demanda a las empresas y los comercios establecer mecanismos de control que les permitan detectar posibles contagios para frenar la propagación entre sus equipos. Así, los controles termográficos se han convertido en un dispositivo indispensable que da la bienvenida en los controles de acceso como parte de la nueva normalidad. Una vez más, la tecnología va de la mano con el capital humano de las compañías para garantizar las condiciones idóneas para el trabajo.