El icónico asistente de Amazon, Alexa, recibe su mayor transformación desde su lanzamiento en 2014. El 26 de febrero, la compañía presenta oficialmente la nueva versión de Alexa, potenciada por inteligencia artificial (IA) generativa. Con más de medio billón de dispositivos Alexa habilitados en el mercado, esta renovación presentaría un cambio radical en la forma en que interactuamos con la tecnología en nuestros hogares.
De simple asistente a agente autónomo
Anteriormente, Alexa se limitaba a responder preguntas y ejecutar comandos individuales. Con esta actualización, el asistente podrá manejar conversaciones de varias interacciones (‘multi-turn conversations’) y actuar de manera autónoma en nombre del usuario. Esto significa que podría anticiparse a las necesidades del usuario y tomar decisiones sin que tengan que pedirlo explícitamente, según el portal web de Newsweek. Desde ajustar el termostato en función del clima hasta realizar compras recurrentes según sus patrones de consumo, la nueva Alexa promete un nivel de interacción mucho más intuitivo y eficiente.
El salto a la IA generativa coloca a Alexa en una línea de competencia con ChatGPT de OpenAI y Gemini de Google. Sin embargo, esta tecnología también trae consigo desafíos, como el riesgo de respuestas inexactas o ‘alucinaciones’ de la IA, un problema común en modelos de lenguaje avanzado. Amazon ha retrasado su lanzamiento varias veces para optimizar la calidad y velocidad de respuesta del sistema.
Modelo de suscripción
Uno de los cambios más llamativos es la posibilidad de que Amazon implemente un modelo de suscripción para esta nueva Alexa. Se especula que el servicio podría costar entre USD 5 y USD 10 al mes, lo que representaría un cambio significativo en la estrategia de monetización del asistente. No obstante, de acuerdo con un reciente artículo de Reuters, la versión clásica de Alexa seguirá disponible de forma gratuita, aunque sin nuevas actualizaciones ni mejoras.
La ambición de Amazon con esta renovación es clara: convertir a Alexa en un asistente verdaderamente indispensable, capaz de ir más allá de las consultas básicas para transformarse en un agente digital que optimiza la vida cotidiana. Con esta evolución, Alexa no solo se adapta a las necesidades del presente, sino que también redefine el futuro de la inteligencia artificial en el hogar.
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