¿Qué es la recompensa inmediata y cómo nuestros cerebros se volvieron adictos a ella por el uso del celular?
La recompensa inmediata está intrínsecamente relacionada con los pequeños impulsos de dopamina en el cerebro, que pueden originarse por algo que, por ejemplo, vimos en alguna red social y que nos pareció risible, y, algo que, subsecuentemente o a medida que se repita, se volverá muy placentero e incluso adictivo, como lo pueden ser el café o los energizantes -sabemos que la cafeína es considerada una droga-, según la psicóloga clínica y capacitadora ecuatoriana Andrea Merizalde, ya que generan un alto estímulo y adicción. La dopamina, asociada a los procesos de motivación y recompensa, es diferente a la serotonina, vinculada a la alegría y la verdadera felicidad. El sistema de recompensa se encuentra en nuestro cerebro y su fin es reforzarnos para repetir una conducta.
Efectivamente, no podemos obtener alegría a través de una app o por una simple compra, pero sí podemos hacer clic o comprar algo para conseguir sentir recompensa y placer. Y es que las personas adictas a los teléfonos móviles tienen una estructura cerebral sutilmente diferente a aquellas que usan el smartphone con control, según un estudio de científicos de la Universidad de Heidelberg (Alemania) de hace tres años.
Así mismo, debemos considerar que, hasta los 18 años, el cerebro humano no se encuentra completamente desarrollado, lo cual lo hace más sensible a la recompensa inmediata, según destaca Merizalde.
Por otra parte, la simple distracción de revisar un móvil puede tener consecuencias negativas porque hacer muchas cosas a la vez perjudica la memoria y el rendimiento. Efectivamente, dividir la atención en varias cosas al mismo tiempo reduce la productividad, enlentece la ejecución de las tareas, genera estrés y conduce a la fatiga extrema o burnout, afirma el doctor en psicología estadounidense Jeff Comer, quien ha dedicado su trabajo a descubrir los componentes neuroquímicos del estrés.
Entonces, cuanto más útiles se vuelven nuestros teléfonos, más los usamos. Cuanto más los usamos, creamos más vías neuronales que nos conducen a levantar nuestros celulares para hacer cualquier tarea, y más necesidad sentimos de revisarlos incluso cuando no es imperativo, resalta la periodista inglesa en temas de ciencia y articulista para la BBC, Amanda Ruggeri.
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La mera proximidad de un teléfono, al parecer, contribuye a ‘drenar’ nuestros cerebros -según Ruggeri-, que pueden estar subconscientemente trabajando duro para inhibir el deseo de revisar estos dispositivos o monitorear constantemente el entorno para ver si debemos hacerlo (por ejemplo, esperando una notificación). La única solución, según un estudio realizado este año en Estados Unidos, es colocar el dispositivo en una habitación completamente diferente. Efectivamente, el uso del celular podría ser considerado, para muchos, como un ‘ladrón del tiempo’.
En todo caso, mucho tendrán que ver nuestras creencias mentales, de modo que si creemos que nuestro cerebro tiene recursos ilimitados, y que cuanto más resistimos a la tentación más fortalecemos la capacidad de seguir resistiendo a la tentación, podríamos concluir que desarrollar fatiga mental al ejercer autocontrol en una tarea no afecta negativamente nuestro desempeño en la siguiente. Tener una visión limitada o no limitada del cerebro puede ser en gran parte cultural, y es más probable que los países occidentales como Estados Unidos consideren que la mente es limitada en comparación con otras culturas, como la India.
En conclusión, si notamos que algo en nuestras vidas genera continuamente ansiedad o adicción, es importante que interioricemos la situación y consideremos descontinuar o reducir su uso. Hacer este corto pero importante ejercicio y análisis nos ayudará a realizar una autogestión emocional más favorable en términos de autocontrol, y para retrasar la recompensa inmediata, lo ideal sería retrasar el quererlo todo hoy, e incluso, pensar a largo plazo, o en la recompensa a futuro.
AUTOR:
GUSTAVO A. NEGRÓN
Regional copywriter
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